Hay una tejedora que habita en el alma de toda mujer, para enseñarle a mirar su tiempo como un gran ovillo,y sus dones como las agujas con las que dar forma a su vida. La tejedora del alma enseña a deshacer las zonas muertas y hacer alquimia con ellas transformandolas en abono para seguir adelante. Adapta la trama, desteje costumbres para tejerlas de nuevo.Toma el ovillo de la vida, a veces muy pesado, para tejer días diferentes. Con los dones como agujas, nuestra tejedora del alma , solo se detiene en algunos momentos para recobrar fuerzas. Cada día es un desafío, cada momento una oportunidad...la vida se transforma, la tejedora del alma siempre trabaja.
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